Lo sentimos Pascual, no podemos evitar sentirnos tristes. Sabemos por lo que te llegamos
a conocer, que en estos momentos te gustaría que estuviéramos celebrando tu
vida y tu obra, en lugar de lamentar tu muerte, como en un velatorio Irlandés, aunque
en lugar de whisky, gaitas y cantos, con buen vino, pinceles, y luz y color a
raudales. Y es que tu repentina e injusta muerte, nos ha dejado huérfanos de Presidente,
de Maestro, de referente artístico y del alma de la asociación.
No podemos evitar
sentirnos tristes,
perdemos un amigo, un buen amigo, siempre amable, generoso y alegre.
No podemos evitar
sentirnos tristes.
Para los que te queremos, sólo nos queda
el flaco consuelo del recuerdo de los buenos ratos compartidos contigo, de que
tu memoria permanecerá en tu obra y en nosotros mismos, porque también somos
parte de tu obra, por lo que de tu arte, tu sabiduría y tu corazón pusiste en
cada uno de nosotros.
Algún día, seremos capaces de celebrar tu
vida, y lo haremos con la alegría de haberte conocido y haberte disfrutado
tantos años, pero ahora no podemos evitar
sentirnos tristes.
Gracias por tanto Pascual.